
Víctor al entrar a la casa vio a Camila quien observaba con recelo los rincones de la morada pensando en los cambios que debía hacerle, el se hacer co a ella y le hablo le conto todo.
Ella lo encontró ridículo pero le alegraba zafarse del compromiso con un hombre tan estúpido que aun continuaba enamorado de la mujer que lo había abandonado, dijo esta bien solo me llevare la flor de esta casa y el tesoro del pueblo dijo la joven con burla.
Víctor miro la flor y recordó la noche en que Pamela la planto y nadie dio importancia, y dijo: “Da igual cuando ella vuelva se va a llenar de flores bellas, ella tiene el don tu no”.
La joven molesta le dijo: “¿Sabes?, me da igual tus flores y todo esto, pero tu le dirás a mi madre o creerá que yo lo hago de mal criada, además yo tengo novio en Francia adonde vivía antes de llegar a este pueblucho pasado a café, allí mi familia es adinerada y mi novio un desafortunado poeta sin dinero pero me ama, iré hacia allá.”
En ese se escucho el golpe de la puerta era Franca había escuchado todo con furia grito al joven: “Tu te vas, has casado suficientes problemas(le tiro una bolsa con dinero), llévate esto pero la integridad de mi hija se queda aquí nunca mas vivirás en la misma ciudad que ella, es un trato que no podrás deshacer o te matare con mis propias manos.
A Víctor no le importaron las amenazas madre e hija salieron de la casa, el no se inmuto no le importaba nada mas que encontrar su flor tomo lo que pudo y dejo el dinero tirado en el mismo lugar que lo dejo Franca.
Pamela venia llegando en el auto de Richard a su departamento, lo había invitado a tomarse un café, Víctor observaba todo desde abajo, el departamento se encontraba en un segundo piso y en el ventanal que daba ala calle se dibujaban las siluetas y todo lo que ocurría en su interior, sabia que debia actuar rápido no por los celos sino por una de las confesiones hechas por ella anteriormente, donde el le preguntaba: ¿me engañaras algún día, te acostaras con otro?, y ella respondio "solo me entrego cuando quiero amar, y ya encontre el amor", él lanzo una piedra sin importarle si existía un amante ni nada, Ella salió lo vio y molesta le dijo que se fuera en ese momento ella recordó su engaño entro y abrazo a Richard solo para que Víctor lo percibiera.
Víctor sintió que perdió ya nada importaba vacio sus bolsillos de café, boto el sobre y camino por la calle hacia un viejo muelle. Pamela histérica, llamo a la madre la escucho por primera vez desde que abandono su hogar no dejo que esta la saludara y pregunto: “¿Qué hago?”, relato todo lo ocurrido hasta la existencia de Richard.
Norma contesto: “No se hija, si lo amas sabrás”, colgó con temor a influir en el destino que dibujaban esa noche las estrellas que rompían el cielo mas luminosas que nunca. Pamela pensó en fin ambos rompimos la promesa, pero el me ama yo lo amo debo seguirlo, se despidió de Richard atónito este le dijo: “¿estas loca mujer?, te vas con el que te engaño, estas demente, yo te amo lo supe desde que probé el manjar de omelette sobre tu escritorio”.
Pamela rió sin dejar de bajar las escaleras, grito: “Entonces amas a mi secretaria Marie ella lo preparo”. Al llegar a la calle corrió abajo pero no sabia que ruta tomar entonces vio los granos de café los tomos los aspiro y siguió su olor a los pocos pasos vio a Víctor de espalda listo para saltar al mar bravo, aun detrás de las barandas del muelle ella corrió lo tomo por la espalda el voltio y sin decirse nuevamente ni un a sola palabra como cuando se conocieron se besaron prolongadamente.
Ella lo encontró ridículo pero le alegraba zafarse del compromiso con un hombre tan estúpido que aun continuaba enamorado de la mujer que lo había abandonado, dijo esta bien solo me llevare la flor de esta casa y el tesoro del pueblo dijo la joven con burla.
Víctor miro la flor y recordó la noche en que Pamela la planto y nadie dio importancia, y dijo: “Da igual cuando ella vuelva se va a llenar de flores bellas, ella tiene el don tu no”.
La joven molesta le dijo: “¿Sabes?, me da igual tus flores y todo esto, pero tu le dirás a mi madre o creerá que yo lo hago de mal criada, además yo tengo novio en Francia adonde vivía antes de llegar a este pueblucho pasado a café, allí mi familia es adinerada y mi novio un desafortunado poeta sin dinero pero me ama, iré hacia allá.”
En ese se escucho el golpe de la puerta era Franca había escuchado todo con furia grito al joven: “Tu te vas, has casado suficientes problemas(le tiro una bolsa con dinero), llévate esto pero la integridad de mi hija se queda aquí nunca mas vivirás en la misma ciudad que ella, es un trato que no podrás deshacer o te matare con mis propias manos.
A Víctor no le importaron las amenazas madre e hija salieron de la casa, el no se inmuto no le importaba nada mas que encontrar su flor tomo lo que pudo y dejo el dinero tirado en el mismo lugar que lo dejo Franca.
Pamela venia llegando en el auto de Richard a su departamento, lo había invitado a tomarse un café, Víctor observaba todo desde abajo, el departamento se encontraba en un segundo piso y en el ventanal que daba ala calle se dibujaban las siluetas y todo lo que ocurría en su interior, sabia que debia actuar rápido no por los celos sino por una de las confesiones hechas por ella anteriormente, donde el le preguntaba: ¿me engañaras algún día, te acostaras con otro?, y ella respondio "solo me entrego cuando quiero amar, y ya encontre el amor", él lanzo una piedra sin importarle si existía un amante ni nada, Ella salió lo vio y molesta le dijo que se fuera en ese momento ella recordó su engaño entro y abrazo a Richard solo para que Víctor lo percibiera.
Víctor sintió que perdió ya nada importaba vacio sus bolsillos de café, boto el sobre y camino por la calle hacia un viejo muelle. Pamela histérica, llamo a la madre la escucho por primera vez desde que abandono su hogar no dejo que esta la saludara y pregunto: “¿Qué hago?”, relato todo lo ocurrido hasta la existencia de Richard.
Norma contesto: “No se hija, si lo amas sabrás”, colgó con temor a influir en el destino que dibujaban esa noche las estrellas que rompían el cielo mas luminosas que nunca. Pamela pensó en fin ambos rompimos la promesa, pero el me ama yo lo amo debo seguirlo, se despidió de Richard atónito este le dijo: “¿estas loca mujer?, te vas con el que te engaño, estas demente, yo te amo lo supe desde que probé el manjar de omelette sobre tu escritorio”.
Pamela rió sin dejar de bajar las escaleras, grito: “Entonces amas a mi secretaria Marie ella lo preparo”. Al llegar a la calle corrió abajo pero no sabia que ruta tomar entonces vio los granos de café los tomos los aspiro y siguió su olor a los pocos pasos vio a Víctor de espalda listo para saltar al mar bravo, aun detrás de las barandas del muelle ella corrió lo tomo por la espalda el voltio y sin decirse nuevamente ni un a sola palabra como cuando se conocieron se besaron prolongadamente.
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