sábado, 26 de abril de 2008

Cap VIII “El conformismo”


Víctor agotado y terminado de su viaje volvió rendido al pueblo, nada era alegre llego a la casa la que seria su hogar para su sorpresa hayo en ese lugar a Camila que seductora lo esperaba en la pieza nupcial, ella se había enterado de todo y la muy pretenciosa feliz por su hermosura esperaba al toro que la iba a poseer. El por su parte necesitaba algo fresco pensó en Pamela y sabia que no la recuperaría, así que tomo a la bella prima y sacio con gran placer su masculinidad, tuvo un sex increíble aquella noche, no se compraba con la maquina de amor que hacían el con su amad, pero al menos lograba botar lo acumulado que estaba y en un cuerpo celestial.

Para la joven fue parecido jamás sintió amor pero le gustaba que el hombre la tomara y la hiciese de él, lo encontró divertido, sin embargo el noto que a medida que entraba al cuerpo de Camila solo quería ver a su ex novia, cerraba los ojos pero su nariz también buscaba el olor del recuerdo y su cuerpo ya no sentía la pelvis suave de su amada, así fue como esa noche después de hacer el amor el sintió frio por primera vez en su vida y tuvo que taparse, rompió su promesa, no volvería a ser el mismo.

A la mañana siguiente fueron despertados por los golpes en la puerta de Franca, la mujer muy enojada amenazo al joven con echarlo del pueblo sin nada sino se casaba con Camila, el joven conforme acepto, ¿qué más daba? a la colorina no le importo siempre su madre tomaba las decisiones y fijaron fecha para un mes mas.

Cada mañana Víctor iba a las haciendas que daban café pero café común, vendía y tenia dinero para tener una familia con Camila, prefirió vivir solo hasta el día de la boda porque extrañamente su pasión se había apagado, así que no le importaba esperar, era todo bueno tenia dinero y una mujer, y no cualquier mujer sino la mas bella del pueblo.

En el pueblo ya no crecían flores, pero habían varios arboles. El café sobraba al igual que los llantos de los niños, era un pueblo normal, lo más bello que tenía era una flor que se encontraba en la casa de Víctor en un tosco masetero (un tarro de café).

El día que Víctor perdió el calor también perdió su remolino tibio Pamela, ella sabia que era por la promesa rota ella no había echo el amor por siempre con el y el se había acostado con otra, ella sabia que el día llegaría aun así perdió el contagio de su alegría.

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